
Lo mejor de estos sentimientos y lo maravilloso, a la vez, es que personas muy diferentes pueden sentir lo mismo en una misma sala con una imagen, unas palabras o una música. Lo mejor, después de llorar en una sala, es descubrir que la persona que tienes al lado también lo ha hecho, o que intenta, sin éxito, no hacerlo con todas sus fuerzas, aunque acabe pidiéndote un pañuelo. Y al final cuando se encienden las luces y observas como muchos vecinos de butacas esperan a ser el último en salir de la sala para que los demás no lo vean secarse esas lagrimillas tímidas que han vencido a la fuerza de su dueño. El cine, la sala, una imagen, todo para que esas lagrimas te hagan recordar esa sensación que hace mucho que no recordabas.
1 comentario:
hola Maria yo también lloro mucho y no solo en el cine, también cuando veo cine por tv. me encanta emocionarme, me encanta sentir nuevas emociones que me transmiten los personajes, en definitiva me encanta el cine. te recomiendo martín hache, que la vi el otro día, hace un estudio psicologico de los personajes alucinante, no te hace llorar, ¡¡no es mar adentro!!, pero bueno, pero me ha parecido una buena película, recomendable.
por cierto gracias por tu felicitación, ya soy un año más vieja jooo!!
um besote mjmelado
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