martes, 24 de octubre de 2006

DEPORTE


Alonso ha vuelto a ganar su segundo campeonato del mundo. Las cifras son de vértigo, y no sólo por la velocidad, con solo 25 años ha ganado dos títulos, siendo el más joven de la historia en hacerlo. Ya sólo le falta conseguir el Premio Príncipe de Asturias al Deporte, ahh no que ya lo tiene, se lo dieron el año pasado, aún cuando no había ganado el primer campeonato. Yo no estoy diciendo o que no se lo merezca, pero según la página web de los premios:
"Será concedido a aquella persona o personas, o institución que, además de la ejemplaridad de su vida y obra, haya conseguido nuevas metas en la lucha del hombre por superarse a sí mismo y contribuido con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión de los deportes".
Yo no niego que ha luchado para superarse así mismo (o a Schumacher) pero que él no ha promovido los deportes, por lo menos no a practicarlos, sí a verlos. Inspirada en las reflexiones de mi amigo Miguel (podeís leer su comentario en el artículo: Premios y aplausos) creo que los premios Príncipe de Asturias deberían concederse a las personas que han promovido la práctica del deporte, desde la cantera y que trabajan diariamente para que el deporte sea un elemento socializador, que aporte valores a la vida de quienes lo practican. Por ello, no creo que la F1 sea el mejor ejemplo de deporte, cuando no pasan por los controles antidoping, ni se compite en igualdad de condiciones y las decisiones la toma la FIA un organismo financiado por las escuderías particiapantes y como ocurre siempre que hay dinero por medio: quién más da más favores recibe, claro ejemplo de ello es Ferrari.
Concluyo con que seguro que hay personas que dedican su tiempo a enseñar a jóvenes algún deporte, llevan una liguilla entre amigos y disfrutan con el deporte prácticándolo y no sólo sentados en el sillón frente al televisor. Para mí, ellos son los verdaderos ganadores de los Premios Príncipe de Asturias al Deporte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

F1, futbol, NBA...no son deporte, son negocio. El balonmano, atletismo... han conseguido mucho en el deporte y poco se sabe de ellos.

BELÉN OLIVARES