TRAJES, CORRUPCIÓN Y POPULARIDAD

No suelo hablar de política, no es que no tenga una posición definida, pero ya haban bastante en los medios de comunicación como para que yo lo haga aún más. La vida política no es fácil y cada uno de los movimientos, acciones y frases de un político tienen una gran repercusión en la sociedad.Desde hace ya unos meses la compra, regalo y favores alrededor de los trajes del Presidente de la Comunitat Valenciana ha llenado muchas horas en los medios de comunicación. Hoy ha comparecido ante el juez Francisco Camps, y a las puertas del juzgdo una multitud enfrentada, con banderas, pancartas y gritos. Incluso alguno de ellos ha llegado a las manos pro la diferencia de opiniones.

Tengo fe en la clase política, y digo fe, porque a veces es algo en lo que creo sin tener pruebas. No me parece que todos sean iguales y, en general, me preocupan las decisiones que me afectan de forma directa o indirecta, pero no hasta el punto de ir con la bandera de Extremadura, en mi caso, al juzgado para apoyar al Presidente de mi Comunidad. Muy a menudo tendemos a disculpar a los políticos o a los dirigentes en general, sobre todo si el delito no parece demasiado grave. Pero cohecho es un delito, sean unos trajes de 12.000 euros o un chicle de 5 céntimos. Quizá esto pasen por alto las cientos de personas que se agolpaban a las puertas del juzgado, que defendían con sus armas la inocencia de Camps. He de reconocer que esta reacción me ha sorprendido, las discrepancias políticas hace mucho que se suavizaron, y las situaciones que se han vivido esta mañana me hacen un poco de gracia, no puedo evitarlo. Sólo de pensar en las horas, dolor de pies, empujones, insultos, acaloradas discusiones y movimiento de banderitas que han vivido todos los presentes, para apoyar a una persona que no conoces de nada, que no te conoce a tí y que probablemente en su vida haría lo mismo por tí... A veces es tan difícil entender a la masa social...