martes, 15 de abril de 2008

EL ÚLTIMO VÍDEO DE MARILYN


Un millón y medio de Euros. Eso es lo que vale la dignidad de Marilyn Monroe, o al menos eso es lo que pensará el millonario fan que ha pagado esa cantidad para conseguir el vídeo más escandaloso de Marilyn. Un vídeo que guardaba celosamente el FBI y del que un investigador consiguió hacer una copia, que ha subastado. Una cinta que llevaba guardada más de cincuenta años y que por el momento no verá la luz. Así se forma una leyenda, no sólo muriendo joven y rodeada de rumores de complot político, escarceos amorosos con hombres poderosos y coqueteos con las drogas y la depresión. Una leyenda es la que después de morir siga generando interés, curiosidad y novedad. Y esa es una de las cosas que más me fascinan, no de la actriz, sino de este mundo en general. ¿Qué cosas se guardan en almacenes olvidados? Cuáles son los secretos que guardan esas personas que décadas después de su fallecimiento siguen valiendo miles de dólares. ¿Tan importante era el vídeo para el gobierno de EEUU? Parece que lo que intentaban averiguar era si el otro protagonista del vídeo era el presidente Kennedy o su hermano, investigaciones que no han dado sus frutos. En fin, que las imágenes con las que han soñado miles de hombres, y seguro que algunas mujeres, están a buen reguardo en una caja fuerte, de momento para no ver la luz. El fan que ha comprado el vídeo de 16 minutos dice que lo ha hecho para que la imagen de Marylin no se vea empañada por este documento, pero no lo ha destruído, claro que un millón y medio de dólares no se ganan todos los días como para ir derrochándolo quemando un vídeo de hace 50 años. Superará la tentación el fan (o sus herederos) de no revender, subastar, publicar o reproducir el vídeo. Es difícil saberlo, por eso si de verdad quería que nadie viese ese vídeo debería haberlo destruido y aunque para algunos sería tirar el dinero, para otros (como para mí) sería un gesto de verdadero de admiración y respeto hacia la actriz más polémica, sexy e imitada de Hollywood.

domingo, 6 de abril de 2008

EL VIAJE DE LA ANTORCHA OLIMPICA


La antorcha olímpica ya está dando vueltas por todo el mundo, hasta el verano que irá a Pekín para el inicio de los Juegos olímpicos. Claro, todo eso si puede llegar a su destino. A su paso por Londres y París docenas de personas han interrumpido su traslado intentando apagar la llama olímpica. Todos intentaban boicotear de una forma u otra, una vez más, los actos relacionados con las olimpiadas chinas. Y por una parte no me extraña, la situación de los ciudadanos chinos y sobre todo la situación de Tibet hace que los juegos de Pekin vayan a ser unos de los más conflictivos. Pero es verdad que ya sabían todos los países, miembros del COI y deportistas cómo es el estado chino mucho antes de comenzar con los actos preolímpicos. Los juegos olímpicos tienen su sentido porque en la competición todos los ciudadanos son iguales, da igual de que país, raza o religión, todos compiten con su esfuerzo y su sudor, pero al dejar la pista, el campo o la piscina todos vuelven a ser lo que eran o los que le dejan ser. Eso es lo grande del deporte, pero como pasa en la mayoría de los acontecimientos importantes (a veces deportivos y otras no tanto) la política lo impregna todo y por eso las protestas políticas se han convertido en el gran protagonista de estos juegos, al menos por el momento. Y es una pena, porque desluce la gran celebración del deporte, pero por otro lado no podemos dar el visto bueno a las actuaciones de un gobierno que no respeta los derechos humanos y que parece conservar muchas de las costumbres milenarias de las que hacen gala. El deporte no tiene la culpa de quien organice los juegos, pero los ciudadanos están en su derecho de protestar por lo que no ven justo. Claro que todo depende del cristal con que se mire. Los musulmanes piensan que nuestras costumbres van en contra de la religión y que somos unos infieles, así que debemos pensar en las consecuencias de nuestros actos, no por miedo o temor, sino por estar seguros de que lo que reivindicamos con tanta fuerza no cambie drasticamente si el dinero está de por medio.