En estos días de aparente felicidad, abundancia, regalos, sonrisas y reencuentros. Todos parecemos los más felices del universo, comemos sin medida, bebemos otro tanto, bailamos hasta quedar exhaustos y somos más simpáticos y amables con todos. Y bueno, muchos dirán que en realidad la Navidad es una epoca de hipocresía en la que gastamos más de lo que tenemos, saludamos más de lo que nos apetece, sonreimos más de lo que realmente sentimos y vamos predigando la bondad el amor y la familia a los cuatro vientos, aunque el resto del año no aguantemos a nuestros familiares y ahorremos todo lo que podamos. Pero yo pienso que si estos días sirven para que nos comamos nuestro orgulo junto a nuestra familia, que pensemos un poco más en los demás y que intentemos olvidar todo lo malo que nos rodea, aunque sólo sea por unos días, merecen la pena. Merecen la pena los millones de watios despilfarrados en iluminación, las toneladas de comidas que tiramos a la basura, los regalos por compromiso que acabamos dejando en un rincón y las sonrisas de medio lado valen la pena. Por todo ello, porque sigamos disimulando año tras año, por que nos sigamos dando atracones y pasándonos con la bebida: FELIZ NAVIDAD A TODOS Y FELIZ 2008.
Ahh, ir pensando en los propósitos para el nuevo año...
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