PATRIOTISMO CULTURAL

Nunca he entendido muy bien ese patriotismo enfermizo que pobla muchas películas, sobre todo norteamericanas, me parecía una estupidez eso de morir por la patria y el sacrificio hacia una tierra que quizá nunca se considere realmente tuya. Esto no quiere decir que haya cambiado de opinión, los extremos nunca me han gustado y no voy a cambiar ahora, pero ahora aprecio mucho más todas las particularidades de mi tierra. Después de casi un mes viviendo en Irlanda, mi visión de la comida y las costumbres españolas han cambiado un poco, aunque reconozco que todos los países tienen una serie de costumbres que podíamos adoptar para mejorar las nuestras, aunque nunca se sabe...

Como bien sospecháis lo primero que eché de menos en Irlanda fue la comida española, con su aceite, sus ajitos... y lo segundo, pues el tiempo, aunque a todo te llegas a acostumbrar. Pero son las pequeñas cosas cotidianas, las que apenas tienen importancia las que realmente te hacen sentir que estás en un país distinto del tuyo. Primero los taxis, el primer asiento que se ocupaba era el del copiloto, las chicas se vestían como si fueran de boda para salir un lunes a emborracharse, la gente era muy amable, aunque no es el estereotipo irlandés al que estamos acostumbrados, pero hay que reconocerlo, y lo más sorprendente es lo confiados que son; desde luego son honrados, no como los españoles que aprobechamos la mínima para intentar ahorrarnos unos eurillos...

Pese a todas las particularidades de Irlanda debo decir que me gustaría volver, que conocer y compartir las costumbres de otro país te hacen querer más las propias y ver lo absurdas que pueden llegar a ser algunas. Que el dicho de "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer" no tiene ningún sentido por que lo que te hace apreciar las cosas realmente valiosas son perderlas durante un tiempo y luego volver a encontrarlas.