Los abrigos de pieles son ya un clásico en nuestro mundo por mucho que se proteste contra ello y se denuncie públicamente. Creo que es una forma cruel de tratar a los animales, sobre todo cuando se caza indiscriminadamente. La solución de las granjas de bisones, conejos y demás animales para su posterior sacrificio es buena, aunque no ideal. En estas granjas se controla la población y se garantiza el producto a los consumidores, aunque el principal problema sigue sin resolverse. En Asia han encontrado una nueva fórmula para hacer abrigos de pieles sin necesidad de granjas, los animales que se utilizan son perros y gatos, fáciles de coger ya que deambulan por las calles y a muy buen precio: gratis. Evidentemente, la forma de sacrificio no podía ser más rudimentaria e insensible: desangrarlos o ahorcándolos, sin contemplaciones, sin anestesia y sin compasión. ¿Por qué no? pensarán algunos, la verdad es que no deberíamos tratarlos de forma distinta al resto de los animales, pero quizá leyendo ésto algún dueño de perro o gato se dé cuenta de lo que hacemos con muchos de los animales que no comparten nuestra vida con nosotros. Es igual de cruel matar a un gato que a un bisón, por lo tanto si nos escandalizamos por la matanza de animales domésticos deberíamos hacerlo de la misma forma por los demás animles, todos sufren, mueren y podemos usarlos para el mismo fin, pero seguro que más de uno se horroriza al pensar que su compañero de sofá podría llegar a ser las mangas de un abrigo o la pancita de un osito de peluche, pues esas personas también podían pensar en los otros animales que sacrificamos para nuestro beneficio, y lo que es más grave, muchas veces para nuestra propia diversión.
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