miércoles, 23 de febrero de 2011

TREINTA AÑOS Y UNA ETERNIDAD

Sí, no tengo otra opción que hablar del 23-F, ya sé que poco tengo que aportar a todo esto, en 1981 aún no había nacido, ni siquiera mis padres estaban casados, pero es un episodio de la historia reciente de España que me fascina y creo que dice mucho de la España de aquella época y responde a muchas preguntas y situaciones que nos planteamos en la actualidad.

Han pasado 30 años de aquellas palabras del Teniente Coronel Tejero, los disparos y la confusión que se vivió aquel día y aunque hoy todo parece muy lejano hay factores que continúan en nuestra sociedad, hay personalidades que en lugar de olvidarse a lo largo de los años se han convertido en un símbolo, en un icono, en historia viva.

Hoy he leído y escuchado mucho de lo que pasó aquel día, a los periodistas, diputados, presidentes y hay algo que me ha sorprendido. La mayor parte de las personas que estaban en el hemiciclo pensaron que era un ataque terrorista de ETA. 23 años después, precisamente un 11 de marzo, todos volvimos a pensar en ETA como la autora de otro hecho que cambió a la sociedad española. Hay cosas que no cambian, las preocupaciones de los españoles no son tan diferentes de las de hace 30 años, pero afortunadamente hemos evolucionado, hemos crecido y hemos aprendido a respetarnos.

El 23-F es el recuerdo de un intento de Golpe de Estado fallido, el día en que muchos se hicieron Juancarlistas, en que los medios de comunicación se convirtieron en la única posibilidad de conocer qué estaba pasando y el día en el que se consolidó definitivamente la democracia en nuestro país, precisamente con un acto que nada tenía de democrático y que pretendía volver a un régimen que había durado demasiados años.

La imagen que ilustra este post es una de las 17 fotografías que se sacaron del Congreso, fue un fotógrafo de la Agencia EFE y ganó el World Photo Award 1981.

Imagen tomada de: www.dentrotele.com

jueves, 10 de febrero de 2011

TRIUNFOS DEL SIGLO XX

La moda de series ambientadas en épocas pasadas me transporta a tiempos mejores, más sencillos, vacíos de cosas materiales pero llenos de unos ideales y valores que hemos perdido con el tiempo. Claro que eso sólo te produce esta sensación cuando veo la televisión calentita, con ropa nueva y con la tripa llena.

A veces te dan ganas de viajar en el tiempo y vivir en aquella época y sin embargo no nos acordamos de todas las incomodidades, injusticias y barbaridades que se cometían. Podemos quejarnos ahora, en estos tiempos de crisis, de todo lo que estamos perdiendo, esas cosas que antes ni siquiera te preocupaban. Cuando el bolsillo está lleno no te preocupas del futuro, de los derechos, porque pensamos que el dinero lo puede todo.

Dicen que cualquier pasado fue mejor, pero sólo porque recordamos lo bueno. Antes de desear volver a vivir en otras épocas no deberíamos dejarnos cegar por el romaticismo, debemos reconocer que la sociedad ha avanzado mucho y que muy pocos se van a la cama con el estómago vacío. El mayor logro que hemos conseguido es el de poder avanzar, mejorar con esfuerzo, pero sin grandes impedimentos. No nos olvidemos de lo que ha costado estar la mitad de bien de lo que estamos ahora.