jueves, 28 de junio de 2012

UNA MUERTE LITERARIA


Si algo he aprendido de los buenos libros y las buenas series es que no puedes cogerle cariño a ningún personaje, en el momento más inesperado, muere. De forma trágica, repentina o sin más explicaciones y todas las veces tienes ganas de conocer al autor y decirle cuatro verdades. Incluso he llegado a pensar en dejar de ver una serie o leer un libro al ver morir a un personaje en el que tenía puestas muchas esperanzas. Afortunadamente nunca lo he hecho y he llegado al final de un libro con esa sensación de no querer que acabe nunca. 
Como en todo, en esto de las muertes literarias también hay modas, como la que se impuso en los 80, la de matar en todas las series a un personaje. No existía una serie buena sin que tuviéramos que ver morir a uno de sus personajes, ahí está la mítica muerte de Chanquete en nuestra querida Verano Azul. Ahora es más difícil que un personaje muera en mitad de una serie por el mero placer de los guionistas, hay actores que no pueden morir pues son el eje y el gran atractivo de la serie. Sin embargo hay autores muy estrictos que no soportan que los fans y lectores se entrometan en su producción literaria, como George R.R. Martin, autor de Juego de Tronos que asegura que cada vez que alguien le pregunta cuando va a sacar el próximo libro mata, a un personaje de su serie literaria. 

¿Cual ha sido ese personaje que tanto queríais y que un despiadado autor os ha arrebatado en el mejor momento? Por favor, nada de spoilers.


Imagen tomada de: http://www.lavozjoven.com.ar/?q=tags-cultura/cr%C3%ADtica-literaria

viernes, 8 de junio de 2012

CON CARA DE TONTO


Esta semana El Corte Inglés ha anunciado que baja un 20% en todos sus productos alimenticios, de droguería y perfumería, dicen que para igualarse con los demás supermercados, hablando claro, que no venden ni la mitad de lo que vendían porque la gente no está dispuesta a pagar el doble por un producto sólo porque sea de El Corte Inglés.

Muchos de nosotros ya nos habíamos dado cuenta de que entrar en este supermercado, era cuanto menos un atraco, pero alguna que otra vez nos hemos visto obligados a recurrir a sus cómodos horarios o a un intempestivo festivo abierto. Pese a todo, he visto a mucha gente comprando habitualmente allí, irremediablemente gente pudiente, comprando mortadela a precio de jamón, pero contentos. Ahora pienso en todos esos que llevan años comprando en ese supermercado pagando precios desorbitados por productos comunes y que les digan que de un día para otro los precios se reducen en un 20%, por supuesto que es una buena noticia, pero ¿Qué cara de tonto se te tiene que quedar al pensar que has estado pagando un 20% más?
No debe ser una sensación agradable saber que has pagado un producto por encima de su precio sólo porque el supermercado quería dar la impresión de exclusivo y ahora ver cómo el supermercado se iguala con el resto para captar más clientes.

La crisis lo arrasa todo, hasta la supuesta exclusividad de algunos centros, tendrán que cambiar el dicho: En la guerra, el amor y la crisis, todo vale.