domingo, 15 de enero de 2012

LA NUEVA TELEVISIÓN


Hace tiempo que la TDT se ha instaurado de forma definitiva en nuestras casas, y el formato habrá mejorado considerablemente, claro que hay que cruzar los dedos para que la climatología no se interponga en tu aparato, pero la programación es aún peor.

Nos dijeron que los canales iban a ser temáticos, dedicados a un público en exclusiva y en la mayoría de los casos se han convertido en una excusa para sacar a la luz el departamento de documentación de las televisiones, quitando el polvo a los viejos programas o repitiendo una y otra vez los mismos capítulos de las series que tuvieron éxito en algún momento de la historia televisiva.

Me dirán que ahora hay muchas más opciones y posibilidades para elegir, pero sinceramente, por mucho que cambio de canal no encuentro nada que ver, bien porque los capítulos son repetidos hasta la saciedad o porque los pocos contenidos de calidad que emiten los ponen todos a la misma hora, sin hablar de la ingente cantidad de publicidad que cada día nos imponen.

La mayor parte de la industria defiende a ultranza los derechos de autor y está a favor de un control férreo sobre las webs de contenidos audiovisuales, pero antes deberían pensar que el público al que van dirigidos todos esos contenidos audiovisuales prefiere, la mayor parte de las veces, ver las series en menor calidad, con esperas, en ocasiones viendo los capítulos en versión original subtitulados, pero hacerlo sin tener que aguantar 15 minutos de publicidad, estar subyugados a los horarios que marcan la televisión y los cambios en la programación.

Comprendo que nadie debería aprovecharse del trabajo de otros, pero en estos momentos el público demanda algo diferente a lo que ofertan las cadenas y eso debería reflejarse en la forma de programar y de ofrecer nuevos contenidos, de esa forma, todos saldríamos ganando.