martes, 4 de enero de 2011

UN RESPIRO


Hace tiempo que estoy deseando que llegue el 2011 y sólo porque por fin podemos estar en un bar sin apestarnos, no quiere decir que cuando salga de fiesta vaya a volver a casa oliendo a flores, pero al menos, no oleré a tabaco, ni me picarán los ojos por el humo. La sensación es un poco extraña al principio, pero creo que a la larga, todo se normalizará y lo veremos como una norma más que cumpliremos sin pensar, como ponerte el cinturón.

Sinceramente comprendo que los fumadores lo estén pasando mal y que se vean acorralados por estas normativas, pero tampoco me parece muy cívico echar el humo a tus compañeros de estancia. A los españoles nos cuesta adoptar estas medidas que cohartan un poco la libertad que estabamos acostumbrados a tener, pero muchas veces podemos ponernos en el lugar del otro. Muchos de los establecimientos alegan que perderán dinero por la medida, pero sus trabajadores sin duda ganarán en salud y aunque ya se que de la salud a largo plazo no se come, creo que no hay que exagerar ni ser alarmista, todo volverá a la normalidad y todos nos acostumbraremos.

Pensad que la desgracia de algunos es la gracia de otros (como dice la web www.ascodevida.com) y los vendedores de estufas-setas se van a llevar alguna que otra alegría. La vida está llena de cambios y sólo sobrevive el que se adapta más rápido y mejor a la nueva situación.

Imagen tomada de: www.que.es