sábado, 14 de febrero de 2009

BASURA ESPACIAL

Como no nos conformamos con llenar de basura La Tierra también, con el paso de los años hemos llenado de basura el espacio, cientos, miles de satélites artificiales viajan alrededor de La Tierra, desplazándose en una órbita alrededor de nuestro mundo. Además de los nuevos satélites que enviamos al espacio, los que dejan de funcionar, se quedan obsoletos o simplemente cumplen su misión se quedan orbitando en el espacio. Una vez lanzados al espacio y puestos en la órbita adecuada los satélites no necesitan energía adicional para mantener su treayectoria, como los planetas y satélites naturales, la gravedad los mantiene en movimiento eternamente.

Esta semana dos de esos satélites inservibles han colisionado en el espacio, creando más de 600 objetos descontrolados que pueden ocasionar nuevas colisiones o deplazar la órbita de otros satélites y hacer que colisionen entre ellos, un nuevo problema que se suma a la ya difícil tarea controlar 18.000 objetos volantes. (Éstos son sólo los que controla la NASA). Uno de esos objetos que pueden verse afectado por los trozos del satélite militar ruso y el de telecomunicaciones estadiunidense es la Estación Espacial Internacional. Aunque el riesgo es pequeño, no es imposible que esto ocurra.
Parece que nuestra irremediable afición por conocer el mundo, lo que nos rodea o comunicarnos puede tendernos una trampa y que no sea tan inusual o absurdo ver caer del cielo un trocito de la inteligencia y tecnología humanas en forma de pedazo de satélite. Después de ver la imagen, representación de lo que podría verse desde el espacio si miramos hacia nuestro planeta, en ocasiones me parece imposible que consigamos ver las estrellas a través de ese tupido manto de objetos artificiales que nos hacen la vida más fácil, nos dan información o nos permiten hablar con cualquier persona de cualquier lugar, que, irremediablemente, con el paso de los años se han de convertir en más basura para nuestro pequeño mundo.

Imagen tomada de público

miércoles, 4 de febrero de 2009

EL GOYA PERDIDO

Uno no recibe premios todos los días, y sin embargo, por el afán de la celebración pueden llegar a perderse. Albert Solé ha sido el galardonado.
más recordado y nombrado en esta edición de los Premios Goya, y no precisamente por ser uno de los favoritos, aclamados o esperados, ya sabemos que en España el público sólo grita los nombres de los actores famosos y guapos y casi ninguno se acuerda de los profesionales que se ponen detrás de las cámaras. Su premio ha estado en boca de todos, y en alguna que otra mano inadecuada, y es que en la noche de los Premios, lo perdió, o lo secuestraron temporalmente, como he oído definirlo en algún medio de comunicación. Sí, parece increíble, pero en la celebración del Goya, Albert Solé dejó su premio en el ropero de una discoteca, junto con su abrigo, y un crítico de cine en paro, lo vio y le dijo al vigilante del ropero, dame mi abrigo y mi Goya y así, de esta forma tan sencilla, se llevó el premio a casa. Lo ha devuelto, un día después y su robo o secuestro dice que fue como protesta al sectarismo del cine español. Toda una historia, que bien podría convertirse en un guión de cine. El afectado se ha sentido muy molesto por el suceso y cree que la protesta no debería haberse hecho con su premio.
Pero para mí todo se resume en lo mismo, si, en lugar de dejar el Goya el premiado realizador al mejor documental (Bucarest. La memoria perdida), lo hubiese dejado un actor famoso, digamos por ejemplo Bardem, nadie hubiera podido llevarse el premio, ¿quién no reconoce a Bardem?, sin embargo, Albert Solé no es conocido, por que no sale delante de la cámara, ni en las revistas del corazón, pero sus colegas de profesión le han reconocido su trabajo, que frente al gran público se conozca y divulgue es un gran paso, aunque sea a costa de estos incidentes que parecen más de una comedia que de las páginas interiores de un periódico. Como decía algún erudito (he intentado saber quien es el autor de la dichosa cita, pero no se ponen de acuerdo, desde una cita del Quijote a Oscar Wilde, pasando por un mafioso siliciano...) "Que hablen de mí, aunque sea mal".


fotografía tomada de: http://www.elsemanaldigital.com