jueves, 20 de septiembre de 2007

¿BUSCAR A MADDIE?


Poco queda por decir de este caso, ya se han llenado suficientes páginas en internet, minutos en televisión y columnas en prensa como para que yo aporte algo más que mi opinión. Lo que voy a resaltar es el gran revuelo que se ha formado alrededor de este caso, fomentado en primer lugar por los padres y que tiene todos los condicionantes para ser una de esas historias hechas para los medios de comunicación, por que en realidad la importancia de la desaparición de una niña en Portugal no es tan raro, aquí en España desaparecen muchas personas cada día y la mayoría de las veces no pasa de ser una noticia local o comarcal que pocas veces trasciende a los medios nacionales. Pero ¿Por qué Maddie es especial? , pues por lo de seimpre por que los padres se gastaron un montón de dinero en hacer publicidad y porque a los medios de comunicación les encanta estas historias, una niña que desaparece en un país que no es el suyo, los padres la dejan sola junto a sus dos hermanos en un apartamento mientras ellos cenan con unos amigos, mensajes en prensa, tele y con la colaboración de diversas estrellas mediaticas... todo para que, al cabo de unos meses, todo apunte a que los padres están implicados en la desaparición de su hija y que todo responde a una táctica de distracción para la policía portuguesa. Ahora los medios de comunicación se frotan las manos porque tienen historia para rato, si esos fabulosos y caros abogados no lo dejan todo en un pequeño descuido familiar. Lo único que me molesta de todo esto no es que los medios de comunicación le den tanto bombo, sino que se haya formado todo un circo alrededor de la desaparición de una niña de cuatro años y que los mayores fomentadores del circo sean sus propios padres, culpables o inocentes.

domingo, 16 de septiembre de 2007

EN EL ÚLTIMO SEGUNDO




Hace algo más de un año que comencé este blog y uno de los primeros artículos que publiqué fue la victoria de la selección española de baloncesto en el mundial de Japón. Hoy la historia casi se repite, todo parecía estar a nuestro favor, jubábamos en España, con un equipo como pocos ha habido en nuestra selección, y la aficción volcada con el baloncesto, quizá por las pocas alegrías que nos da el fútbol. Pues como casi siempre, nuestro sueño maravilloso se esfumó en los últimos instantes, una canasta de Gasol a falta de dos segundos para el final después de un tiempo muerto era la única opción para ganar una final en la que habíamos ido por delante desde el principio. Una canasta que de haber entrado hubiera sido una de esas finales de infarto con final feliz, para los españoles, claro, y que hubiera conseguido que Gasol pasara a la historia por ella, como gran icono de la emoción del baloncesto y gran jugador de la selección. Pero no pudo ser, cuando ya estaba dentro del aro, salió de la red y con ella todas las alegrías e ilusiones de la final, no pudo ser, pero por esta vez, aseguran todos los comentaristas pese a las caras tristes y las lágrimas de los jugadores. Poco importan ahora las palabras de ánimo y la sensación de haber llegado a la final con un juego impecable, un equipo ejemplar y una aficción entregada, pero quizá mañana, el año próximo o dentro de diez años los comentaristas deportivos seguirán hablando de esa selección de los jugones que hizo soñar a España como probablemente ningún otro deporte lo haya hecho.